Treinta y siete años juntos
Ha sido un año intenso de trabajo dedicado a escribir algo que me guste lo suficiente como para poder mostraros pronto. Llegado el verano, he decidido concederme unas vacaciones, creo que merecidas, cerca del mar. Y una vez más he vuelto a Tánger acompañado por M. Un lugar de una belleza que hace años nos atrapó y al que cada año volvemos a pasear sus playas, disfrutar sus puestas de sol, caminar por su Medina llena de colorido y magia, encontrar como siempre abiertas las puertas de Le Mirage, y el abrazo cálido de Ahmed, dueño de ese lugar, que...