Las plañideras de Antigua
De tanto hablar a Manuela de ese lugar del mundo del que conservo uno de mis más gratos recuerdos, un día me acompañó a un paseo por la Antigua Guatemala. Era Semana Santa. El fervor popular al Resucitado, o al Jesús Flagelado, o a esa Dolorosa, de un dramatismo que solo los pueblos de la América más profunda saben imprimir, nos emocionó. La procesión discurría en el más sepulcral de los silencios, sólo roto por el roce de las suelas de las sandalias contra los cantos rodados de la calle y el compás de los penitentes marcando cada paso hacia el...