Ya se que no hay amor sin soledad,
que a veces las palabras se terminan,
que a veces es preciso una mentira,
que a veces hay pereza en nuestras manos.
Si, ya se que estás cansada de escuchar
al viento que al pasar por tu ventana
te dice que vendré quizá mañana
y miras de reojo hacia la calle.
Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor.
Si, ya se que el tiempo es algo que se va,
que no lo para el llanto ni la risa,
que vale más la luz de una caricia
que la esperanza lenta de unos besos.
Si, ya se que estás cansada de esperar.
Ya se que han florecido tus mejillas.
Ya se que estás amándome a escondidas.
ya se que estás mujer, enamorada.
Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor.
Si, si, si
Te quiero con el corazón.
Tu serás para mí, yo tu amor.
Tiene un amor
tiene un amor
Tiene una primavera y un jardín
Tiene sonrisa de mujer
Y entre sus sueños quiere ser
Como una mariposa que despierta
Y al caminar
y al caminar
Sus labios pintaditos de carmín
Harán a muchos recordar
El tiempo que se queda atrás
Y a muchos olvidar que son maduros.
Avelín
avelín
Por fin llegó tu tiempo de vivir
Y te iras
avelín
A buscar entre las MIEles del amor
Sonreír
y mirar
El pasar
Es algo irresistible para ti
Y Tal vez marcharás
A pasar una semana en parís
Te arreglaras
te vestirás
Serás un buen cliente de boutique
Los años dejarÁs pasar
Y un día llorarás quizá
Detrás de la sonrisa de un espejo
Te dirá:
¿dÓnde están?
avelín
¿Las horas que pasabas frente a mí?
avelín
¿dÓnde está Todo lo que tÚ esperabas del amor?
Sonreír
y mirar
al pasar
Era algo irresistible para ti
Se apagó tu candil
Debes ya decir adiós
avelín.
¿Por qué has hecho sonar hoy las campanas?
¿Por qué has abandonado las callejas que te vieron
pasar día tras día?
¿Por qué te has ido, amigo Federico?
¿Por qué se queda Cuenca sin poeta?
Dormida
bajo los sauces del río que pasa;
bajo el murmullo del viento, la casa
de un poeta de mi ciudad.
Dichosa
la soledad salvaje que goza,
bajo el feliz compás de la hojas
de los álamos, al soplar el viento.
Poeta que cantas a mi ciudad, escucha mi voz
y dime si yo podré, servirte de trovador;
porque en tus poemas tiembla mi voz
y se recrea,
pensando en aquel rincón
de nuestra tierra.
Mañana
escucharé doblar las campanas
y de nuestra ciudad, las ventanas
te darán su adiós de laurel.
Poeta
el viento llevará mi tristeza;
cubriré mi rosal y mi hiedra,
con un sudario de crespón morado.
Poeta que buscas otro lugar sobre las nubes;
descuida que tu rosal jamás se marchitará
y en cada calleja de tu ciudad, en cada piedra
oculto en cada rincón,
habrá un poema, dormido
bajo los sauces del río que pasa;
bajo el murmullo del viento y tu casa,
poeta de mi ciudad.
Pingüinos y pajaritas
Trajes largos y sortijitas
Musiquita paraguaya
Aplausos a media caña En la boda.
Y un ballet de camareros
Tarta helada, caramelos
CocTAIL EN LA SALA ROSA
No es para menos la cosa En la boda.
Pianista de carrera
Desciende por la escalera
Desgrana con gran alarde
El compás de cada tarde En la boda.
Si, sol, so, fa, mi, re, do si
Si, fa, fa, fa, re, mi, fa, sol, mi
Si, do, do, do, re, mi, fa, mi, re, mi.
En el jardín las señoras
Terciopelos, carantoñas
Y vestidos plateados
Y trajes de todas horas En la boda.
Lunares malvas y negros
Y mantones de manila
Gargantillas en el cuello
Y flores medio marchitaS en la boda.
Gran hotel -comenta una.
Gran hotel, una sonrisa
Se duermen en un sillón
La tata y la señorita
En la boda.
Si, sol, so, fa, mi, re, do si
Si, fa, fa, fa, re, mi, fa, sol, mi
Si, do, do, do, re, mi, fa, mi, re, mi
Besuqueos, baboseos
Señoras de buena pinta
SOLTERAS embarazadas
Colores en laS mejillas En la boda.
Música de circunstanciaS
Tarta heladA con guinditas
Gran hotel, comenta una
Gran hotel, otra sonrisa En la boda.
Y la novia con el alba
Se despide de puntillas
Buenas noches, buenas noches
Chismorrean las cotillas En la boda.
Si, sol, so, fa, mi, re, do si
Si, fa, fa, fa, re, mi, fa, sol, mi
Si, do, do, do, re, mi, fa, mi, re, mi.
Como un perro apaleado lucha por llegar
EstÁ pintado
Negro de carbón y negro de desengaños
El viejo tren.
Mezcla de dolor y fuego ruge en la estación
Con su silbato Negro de carbón y negro de desengaños
El viejo tren.
Le veO pasar
Los ojos de mil ventanas
Y unas mejillas tempranas Dejarán
en el cristal el aliento
Jugando con el silencio
Jugando con el lamento Del tren
que ya llegó a la estación.
Le ven pasar
Cargado de amaneceres
Cargado de menesteres
Que guardarÁ en un vagón.
Ya llegó el último viaje para el viejo tren
Y abandonado
Duerme su vejez y llora sus desengaños
En un andÉN.
Le ven llorar
Los ojos de mil ventanas
Y unas mejillas tempranas DejarÁn
en el cristal el aliento
Jugando con el silencio
Jugando con el lamento del tren
Que ya murió
en un andén.
Yo quiero ser encina para darte sombra,
quiero ser tu alma para estar en ti.
Yo quiero ser
suspiro de tus labios, quiero ser,
suspiro de tus labios,
suspiro de tus labios, quiero ser,
suspiro de tus labios.
Yo quiero ser el llanto de tu despedida,
y de tus mejillas quiero ser la piel.
Yo quiero ser
el sí de tus preguntas, quiero ser,
el sí de tus preguntas,
el sí de tus preguntas, quiero ser
el sí de tus preguntas.
Yo quiero ser el viento que llega hasta tu ventana
y velar tu sueño bajo tu almohada.
Yo quiero ser tu blanca habitación
la luz de tu balcón,
tu amigo confidente,
tu blanca habitación,
la luz de tu balcón,
tu amigo confidente.
Yo quiero ser tu espejo, quiero ser tu cama
quiero ser la brisa de tu amanecer.
Yo quiero ser
perfume de tus manos, quiero ser,
perfume de tus manos,
perfume de tus manos, quiero ser,
perfume de tus manos.
Yo te daré todo lo que soy, todas mis caricias,
cuando seas mía, cuando seas mía.
Yo quiero ser
tu blanca habitación, la luz de tu balcón,
tu amigo confidente,
tu blanca habitación, la luz de tu balcón,
tu amigo confidente,
tu blanca habitación, la luz de tu balcón,
tu amigo confidente.
La la ra ra….
¿De qué color es la luz?
preguntaba un ciego un día
a un muchacho juguetón.
Y el niño le respondía:
La luz es blanca, señor
y el ciego se sonreía;
blanca, blanca…
Y el ciego se entristeció
blanca, blanca…
Y el ciego se entristeció.
¿Y el blanco es algún color?
Blanca es la luna y el día,
mi traje de comunión,
mi casa es blanca, mis tizas,
la barca del pescador,
las gaviotas, la hermita…
calla, calla…
y el juguetón se calló
calla, calla…
y el juguetón se calló.
Y se fue, con la sonrisa marchita
y persiguiendo a un gorrión
voló doblando la esquina
y vuela, vuela…
y del ciego se olvidó,
y vuela, vuela…
y del ciego se olvidó.
¿De qué color es la mar?
preguntaba el ciego un día
a un marinero guasón
que del mundo se reía,
La mar es azul, señor
¿o es que no mira la ría?
y calla, calla…
y el cielo se entristeció
y calla, calla.
y el ciego se entristeció.
Y se fue, con la palabra marchita
y el marinero zarpó
disimulando la risa
y canta, canta…
y del ciego se olvidó,
y canta, canta…
y del ciego se olvidó,
y canta, canta…
y del ciego se olvidó.
Por ti tengo un quehacer cada mañana.
Por ti respiro el aire que respiro.
Por ti tengo un motivo cada día
para decirte, amor, lo que te digo.
Por ti puedo llegar a ser amante y soñador.
Por ti puedo sentirme libre cada despertar.
Por ti puedo saber a donde voy
porque mi corazón vive por ti.
Por ti puedo llegar a ser esclavo del amor.
Por ti puedo sentir la vida cada despertar.
Por ti puedo llegar hasta el dolor
porque mi corazón vive por ti.
Por ti yo me echo a andar cada mañana.
Por ti me siento joven todavía.
Y a pesar de los años que han pasado
yo me siento nacer cuando me miras.
Por ti puedo llegar a ser amante y soñador.
Por ti puedo sentirme libre cada despertar.
Por ti puedo saber a donde voy
porque mi corazón vive por ti.
Por ti puedo llegar a ser esclavo del amor.
Por ti puedo sentir la vida cada amanecer.
Por ti puedo llegar hasta el dolor
porque mi corazón vive por ti.
Por ti puedo llegar hasta el dolor
porque mi corazón vive por ti.
Madre, recuerdo aún
todo el amor que me diste tú,
todo el amor que me diste tú.
Madre, si alguna vez
quise dejarte, perdóname,
quise dejarte, perdóname.
Tal vez, la vida me cambiará
y encuentre al mirar atrás
los años que te robé.
Tal vez, la vida me sonreirá
y encuentre en algún lugar,
las cosas que ayer soñé.
Madre, si yo me voy
guarda mis cosas en un rincón,
guarda mis cosas en un rincón.
Madre, si yo me voy
planta unas flores en el balcón,
planta unas flores en el balcón.
Tal vez, cansado de caminar,
recuerde que hay un lugar,
que huela a tomillo y miel.
Tal vez, desprecie mi libertad
y busque la soledad
del campo que abandoné.
Madre, debo marchar;
alguien me espera en algún lugar,
alguien me espera en algún lugar.
Madre, regresaré,
toma mis manos y duérmete,
toma mis manos y duérmete.
Deja tu pueblo y olvídate,
mira que llegó la noche.
Toma el camino y aléjate
con tu espada y tu capote.
Pronto la gente comentará
al despertar la mañana,
unos dirán se marchó del hogar
otros dirán se escapó.
Comentarán tu razón de marchar
bajo la luz de un farol.
Torero, capote, sombrero y olé
y pierde la razón, mira su balcón,
sola se quedó la calle.
Y cruza sin mirar, silba una canción
y deja su pueblo atrás.
Pelo marrón, cazadora azul
y quimeras a la espalda.
Traje de luces en oro y gris
y en sus ojos esperanza.
Cielo de estrellas, ombligo al sol
y un corazón que se escapa
y el maletilla será matador
dice la gente que pasa.
Y cada noche la misma canción,
vuelve su sueño a escuchar.
Torero, capote, sombrero y olé
y pierde la razón, baila bajo el sol
pronto bailará en la arena.
Y en aquel balcón que dejó al partir
pronto nacerá una flor.
Torero, capote, sombrero y olé