27 agosto, 2013
Después de sesenta años,hoy lo he vuelto a encontrar. Maltratado por el tiempo, por esa soledad y olvido al que fue sometido cuando, pasada ya mi adolescencia, lo abandoné a su suerte al descubrirla a ella, con su cuerpo de mujer de curvas contundentes y piel tan suave como suave es cada caricia, como suave la música que suena cuando rozo su cuello con mis dedos.
Ya sé que antes que ella fuiste tú compañero de ronda a esa novia primera que conquistamos juntos. Yo con el corazón, tú con tus notas. Y luego, ya mayores, despertamos los duendes de Sevilla...