Un año más
Como todos los años desde que mi madre un dieciocho de Enero decidió que yo naciera, a pesar del frío helador y la nieve cubriendo las calles de Castejón hasta el punto de hacerse necesario abrir caminos para comunicar las casas con las dos únicas tiendas existentes en el pueblo, con las escuelas o con la iglesia, he vuelto a celebrar mi “…taitantos cumpleaños”. Y tal como entonces, aunque al otro lado del mundo, las calles de Nueva York adonde nos trasladamos para celebrarlo con nuestros hijos y nietos, se encontraban cubiertas de nieve y se nos hacía difícil soportar...