25 Oct PERÚ
Dejamos Buenos Aires.
En el aeropuerto empieza la aventura que supondrá llegar , después de un largo tiempo de trámites, a tomar asiento en el avión. Tras una larga cola en zigzag llegamos al scanner. Te despojan de la chaqueta, monedas, reloj, zapatos y cinturón lo que a partir de ese momento te obliga a ir sujetándote los pantalones para no perderlos, alcanzando el máximo riesgo en caso de pitido, cuando el policía una vez pasado el arco, te cachea haciendo que levantes los brazos y sientes cómo el pantalón desciende lentamente, como si se un striptease se tratara, hasta que el guardia te indica que pases.
Entretanto, en la cinta han quedado acumulados tus enseres y has de recogerlos de la cubeta empezando, por la urgencia, por el cinturón. Después el resto de las cosas. Pero hay una pequeña herramienta que me ha causado grandes problemas en los aeropuertos. Se trata de una minúscula navaja suiza que ofrece varios usos: tijeritas, lima para las uñas, palillo de dientes, navaja y pinza de depilar. Desde que tengo memoria la llevo en el bolsillo izquierdo de mi pantalón, por lo que forma parte de mi kit habitual, incluso cuando salgo de viaje, momento en el que siempre olvido dejarla en casa o meterla en la maleta, no sin la preocupación de que sea descubierta. Pero siempre cuando paso el scanner, ¡Que mala suerte!, sin recordar que la llevo en el bolsillo, el maldito pitido denuncia su presencia en algún sitio. Inmediatamente el guardia descubre el «arma homicida» y me obliga a tirarla y darle mi adiós definitivo a esa compañera inseparable, dejándome “desarmado» y sin posibilidad de volver a quitar un hilo de una etiqueta, quitarme un pelo de la nariz, apretar el tornillo de la patilla de mis gafas o darle cualquier otro uso.
Llegamos a Lima y es noche cerrada. En el hotel nos espera una bienvenida con copa de champan a la que, añadiéndole zumo de naranja, le cambia el nombre para convertirse en una «mimosa». Por la mañana, después del desayuno, unos camareros se han presentado en nuestra mesa portando una pequeña vela y, al unísono, los cuatro se han puesto a cantar el «Happy birthday to you». No sé quién les ha dicho que es el cumpleaños de Manuela. «Felicidades señora.»
Antes del concierto de nuevo suena el «Happy birthday to you» en las voces de los músicos con la segunda tarta del día. Más tarde, en el hotel después del concierto, nuevamente los camareros del turno de noche, al terminar la cena, aparecen con una nueva tarta y cantando el «Happy birthday to you». Nunca un cumpleaños había sido celebrado con tres tartas, tres velas y tanto cariño.
PERÚ 2006
En el aeropuerto de Quito la compañía Taca anuncia la salida del vuelo hacia Perú. Cae una lluvia intensa.En el avión nos avisan que la temperatura en Lima es de 20 grados Centígrados. Nos recomiendan no fumar. Hace dos años que dejé de hacerlo y todavía no me llego a creer que después de un concierto no haya caído en la tentación de fumar un cigarrillo. Pablo ocupado, como siempre, me comentan que han enviando un correo solicitando autorización para versionar la canción “Por qué te vas”.
La ciudad de Lima amanece bajo una bruma tal como la recordaba, como si una fina capa de polvo en suspensión se hubiera quedado en el cielo permanentemente y para siempre. Desde mi ventanal de la planta diecinueve del hotel del barrio de Miraflores puedo, entre la bruma, adivinar el mar. En el cielo, tres parapentes vuelan a gran altura, algo que me hubiera gustado practicar y para lo que desafortunadamente estoy un poco mayor.
No dejo de mirar con cierta preocupación el pequeño jardín japonés situado detrás de la cabecera de mi cama, en el que crece un cactus al lado de una vasija que, por supuesto, no es auténtica. Me da cierto miedo pensar que quizás durmiendo se me ocurra estirar los brazos y me tropiece con esa planta tan pinchosa. Nunca entenderé a algunos decoradores que ponen, por poner, algunos objetos en sitios inadecuados.
Hoy me llevaron a almorzar a un lugar especial, sabiendo de mi interés por la arqueología. Le llaman «La Guaca». Se trata de un cementerio preincaico.
He disfrutado muchísimo de la visita.
Sonia Pérez Sánchez
Publicado el 22:05h, 25 octubreJajaja jajaja jajaja, disculpeme «maestro», pero me rio por su dichoso «pantalon» jajajaja. Como siga asi se queda sin ellos en una de estas¡¡¡¡. Pero bueno fuera bromas y escribamos en serio le parece?, me encanta este episodio de las tres tartas, las tres felicitaciones cantando el feliz cumpleaños y ese enorme cariño con el que han tratado a Manuela, su esposa …
Me alegro enormemente de todo ese éxito que esta siendo esta gira y de la que afortunadamente encuentro noticias, gracias a ese facebook oficial que me da la oportunidad de expresarme. Y a la cantidad de amigos, si señor Perales¡¡¡ que parece frio, raro, encontrar amigos por aqui?, pues créame amigo que es realmente hermoso sentir que ahora ya no solo expresas esa enorme admiración por su música de forma personal sino que ahora formamos una piña incapaces de dejarnos de hablar siquiera un día. Gracias y cuidese mucho Señor Perales, en este mundo de la música necesitamos de artistas como usted, «con los pies en la tierra», un gran abrazo y un saludo para Manuela. Sinceramente
Sonia
Patricia Gracia
Publicado el 14:22h, 29 octubrePero que pasa con esos pantalones????, al final con todos los vuelos que teneis que coger….cuidadin.
Estoy completamente de acuerdo con Sonia, que felices nos haces con estas experiencias que nos cuentas.
Muchas felicidades a Manuela, que por cierto, es encantadora.
Muchos besossss y animo para continuar la exitosa gira.