REGRESO

27 Dic REGRESO

El avión de Iberia entra por Portugal y el paisaje cambia radicalmente. Los campos verdes de América han quedado lejos, así como el clima cálido de algunos países que hemos visitado. Por megafonía nos indican que la temperatura en el aeropuerto de Madrid Barajas es de 6º C., que el cielo está despejado y que luce el sol, es un alivio, sólo faltaba que no luciera, pero hay que asumir que el invierno se está instalando a pasos agigantados, que los árboles están desnudos de hojas y que en los picos más altos de la sierra ya ha hecho aparición la nieve. En otro tiempo, cuando los niños eran pequeños, esperábamos la nieve como el agua en Mayo para escaparnos a Sierra Nevada a disfrutar de unos días de vacaciones lanzándonos por las pistas ladera abajo cortando el viento y desafiando el frío que ponía rojas las mejillas y cortaba la respiración, el invierno era una fiesta. Pero los niños ya se han hecho grandes y sus vacaciones se las organizan ellos solitos, y nosotros, o sea Manuela y yo, nos hemos hecho un poco más viejos y ahora nos gusta la nieve cuando la vemos a través de las ventanas cubriendo con su manto blanco los muebles y las plantas del jardín, mientras, por ejemplo, soñamos con un chocolate con churros.

Foto Perales

La cámara situada en la cola del avión nos muestra en las pequeñas pantallas el acercamiento del aparato al aeropuerto, y el paisaje, cada vez más pardo de las cercanías de Madrid, tiene cara de invierno dando crédito a la información que acaba de darnos en comandante. En unos minutos, como un pájaro de acero, el aparato se posa en la pista emitiendo un rugido que siempre me hace pensar que el día menos pensado a este avión se le van a reventar las tripas debido al esfuerzo que le debe suponer la inversión en el giro de los motores, operación no contrastada por mi pero que alguien me explicó algún día.

Una vez en la terminal y recogido el equipaje nos despedimos de todo el equipo formado por los músicos y técnicos que me han acompañado en esta gira por tierras de América y quedamos en vernos cualquier día para comer y recordar los buenos momentos pasados juntos.

Ya en la calle el frío es helador, y en el barrio, se diría que han lanzado una bomba antipersonas, porque está desierto. Sólo unos albañiles se empeñan en terminar una casa antes de que el tiempo empeore mientras las chimeneas fuman sin parar la leña, señal inequívoca de que ha llegado el invierno. Gracias a que María, antes de marcharse a la nieve a disfrutar de unos días de vacaciones, ha tenido la genial idea de dejar encendida la calefacción de la casa, lo que al entrar desde la calle nos ha hecho sentir la sensación de un beso cálido.

En mi primera visita al jardín encuentro a Francisco, un joven nicaragüense que desde hace años soporta mis manías de jardinero con una paciencia que para mí la quisiera, caso de aspirar a ganarme el cielo: “Ahora poda este rosal de tal manera, ahora arregla este goteo que no funciona, la depuradora de la piscina está en marcha demasiadas horas, el laurel está creciendo demasiado espigado”. Y Francisco toma mis órdenes al pie de la letra y realiza a la perfección cada una de ellas sin discutir si será acertada o no.

Foto mar

En la casa todo es silencio. Manuela va deshaciendo las maletas y almacenando ropa en el cuarto de plancha donde la lavadora abre la boca para engullir las prendas que necesitan un lavado mientras yo reviso cada rincón de la casa por si los ladrones han hecho alguna de las suyas durante nuestra ausencia. No parece haber cambiado nada. Las plantas están regadas y en perfecto estado. Se nota que María ha cuidado de la casa en nuestra ausencia. Sin embargo me siento extraño en ella. Es como si acabara de violar el espacio de alguien cuyo dueño no soy yo. Subo a mi estudio y los folios con el repertorio de mis canciones, que ensayé durante más de un mes antes de marcharme a América, siguen intactos sobre la mesa. Poco a poco voy tomando conciencia de cada uno de los rincones que durante más de dos meses han estado vacíos, y a la hora de dormir, dada la diferencia horaria de hasta siete horas con alguno de los países, la noche se convierte en un duermevela y no llega nunca el amanecer en la ventana, a través de la cual no se percibe el más mínimo atisbo de vida desde la calle, ya de por sí silenciosa.

– ¿Duermes? -Me pregunta Manuela.

– No- Contesto yo.

– Yo tampoco.

Y la noche se hace eterna.

Si, ha terminado la gira americana, hemos vuelto a casa por Navidad, y ahora empieza un tipo de vida más convencional que si le buscas las vueltas también tiene su encanto. En todo caso, uno siente que el motor de esa actividad acelerada y apasionante que ha supuesto un recorrido de país en país, de escenario en escenario exige un descanso merecido. Después, inevitablemente empezará a ponerse en marcha un nuevo proyecto que dé sentido a esta vocación que tantas veces he intentado frenar sin conseguirlo.

Mi primera salida de Madrid es El Refugio. Compro pienso para mis gatos, que desde hace dos meses no veo, en mi ausencia, mi hermana Ángela se ha ocupado de ellos. Al llegar a la casa, el otoño ha pintado de amarillos y ocres el paisaje, el espantapájaros que durante el tiempo de las uvas presidía la viña   espantando a la los tordos que acababan con las uvas, aguanta estoicamente la intemperie sin tener nada que guardar, ya que la viña está desnuda de hojas y algunos racimos secos cuelgan de sus tallos porque nadie las vendimió.

Me dirijo a las cuadras en busca de los gatos. Les llamo siseando esperando que salgan de su escondite entre el laberinto de troncos de leña donde suele tener su guarida, pero no contestan. Espero que se decidan a salir como siempre que he ido a visitarlos, pero no aparecen, y supongo que en los dos meses de mi ausencia han debido crecer y posiblemente se encontrarán fuera aprendiendo a cazar ratones por la pradera. Los busco durante un tiempo sin resultado. Pienso si de tanta soledad se habrán cansado de esperarme y se habrán escapado en busca de un sitio más cálido donde pasar el invierno. Lleno su comedero con el pienso por si vuelven y me marcho con la pena de no haberlos visto, pensando qué habrá sido de ellos. Cualquier día de estos volveré de nuevo por ver si, arrepentidos, han vuelto a su guarida.

Paseo por el jardín que el otoño ha cubierto de hojas. Los chopos señalan al cielo con sus ramas verticales y desnudas en las que los nidos de oropéndola, ya vacíos, han sobrevivido a los vientos y a las lluvias de Octubre, y el rocío cubre con sus guantes de hielo las briznas de hierba que bordean el camino. Un sol mortecino ilumina tenuemente la mañana. Ha llegado el invierno y cualquier día, una vez más, volveré a encender la chimenea. Que a las musas no les gusta el frío.

Rio Perales

19 Comentarios
  • Juan D. Rodríguez (para tí Juanito)
    Publicado el 12:18h, 27 diciembre Responder

    Me ha encantado, y leyéndolo he regresado contigo, he tomado tierra en el mismo avión, os he acompañado por el recorrido casero y te he acompañado al refugio. Si veo a los gatos los regañaré por no salir a recibirte.
    Bienvenido a casa amigo.
    «Juanito»

    • raquel de zayas
      Publicado el 08:06h, 17 enero Responder

      gracias por dejarnos compartir ,muy linda experiencia que dios lo bendiga siempre,vivo en miami desde hace muchos anos ya 45 y siempre me ha gustado mucho oírlo cantar ,disfruto mucho su música ,usted es todo un maestro en el arte de la música ,felicidades y muchas gracias por estar alli dando siempre lo mejor de usted felicidades

  • Esther Ferreira
    Publicado el 16:29h, 27 diciembre Responder

    Nada como la sensacion de seguridad y confort al regresar al hogar, lastima que nos tuvo que dejar, ahora regresa de nuevo a la cotidianidad y asi continua la vida su curso, lo que si me gustaria saber en algun momento, es si regresan los gatos (son mi mascota preferida) me pregunto si habran sentido frio o que les paso.

    Un gran abrazo para ustedes!!!

  • Fernando
    Publicado el 16:57h, 27 diciembre Responder

    Gracias Jose Luis, primero por tu gira en america y despues por permitirnos viajara contigo a tu «Refugio» al que espero si Dios y la vida me lo permiten conocer algun dia…
    Un abrazo Jose Luis y que el proximo año sea mejor en todos los aspectos a este que se nos va…
    Fernando

  • Sonia Pérez Sánchez
    Publicado el 17:05h, 27 diciembre Responder

    Pero que gusto da leerle «maestro»¡¡¡¡¡¡ y que gozada cada palabra, párrafo, y qué fotos tan hermosas¡¡¡¡¡¡. Y no se preocupe por sus gatos que ya volverán jejejejejejeje¡¡¡¡¡. Muchisimas gracias por volver a compartir con nosotros sus vivrncias, en este caso su vuelta a España, a casa…
    Enhorabuena también por la presentación de su colección de joyas, la que mas me gusta es la paloma en plata, es una pasada «maestro». Ahora descanse porque realmente se lo tiene mas que merecido, y disfrute del invierno que tanto le gusta..
    Ahora podra dedicarse a todo lo que le gusta, a cuidar de su jardin, a moldear el barro, a pasear por el campo disfrutando de cómo yacen las hojas en el suelo. Nosotros estaremos aqui disfrutando, siempre fieles a su música. Feliz salida de 2012 y Feliz entrada de 2013 «maestro». Gracias siempre…sinceramente
    Sonia.

  • Alejandra
    Publicado el 17:20h, 27 diciembre Responder

    Cada día me maravillo más de la tecnología ,nunca imagine conocer lo que hace y piensa Jose Luis, y a pesar delas ausencias que feliz debe ser Manuela
    Feliz año 2013

  • Carlos Andrés García Arias
    Publicado el 16:45h, 28 diciembre Responder

    Maestro Perales, leyendo lo que nos compartes en el regreso, he ido dibujando en mi mente cada vivencia tuya.

    Gracias a Dios, tú y los seres queridos que te acompañaron en la gira, llegaron bien a la casa, pueda ser que los gatos aparezcan pronto…

    Desde Manizales, (Colombia) te deseo un Feliz Año Nuevo!! que Dios te conserve con salud y con tu familia siempre unida; estoy muy agradecido contigo y tu equipo de trabajo por haber venido a Manizales, habían transcurrido 14 años sin que vinieras, has cumplido un sueño que tenía desde hace muchos años, verte en vivo. Gracias Maestro Perales.

    Manizales, Colombia Te Quiere y agradece tu presencia.

  • FERNANDA DELGADO
    Publicado el 20:28h, 28 diciembre Responder

    es muy bello todo lo que cuentas maestro sobre tu regreso a España me alegro que todo le alla salido muy bien en sus giras yo le deseo todo lo mejor del mundo ya que usted es merecedor de ello espero que sus musas lo vuelvan a inspirar para volver a deleitarnos con su musica que es bellisima feliz año nuevo y hasta la vuelta

  • Dorisehv
    Publicado el 23:19h, 29 diciembre Responder

    Me ebeleso leyendo, como contando una cotidianidad, también es poesía; solamente le colocamos música y hacemos por lo menos dos canciones. ¡Qué tal!

    Un beso y un abrazote para Usted y su familia y este nuevo año debe ser mucho mejor todavía que los anteriores. Igual para todos nosotros los peralistas.

  • Ana Chazarra
    Publicado el 16:12h, 30 diciembre Responder

    Hola José Luis:Como mis obligaciones familiares(tengo seis hijos que son mi mayor orgullo)no me permitieron ir a verte en tu gira española,me tengo que conformar con oirte cuando conduzco y seguirte a través de tu página.Celebro que estés de nuevo en casa y te pido que no nos hagas esperar mucho hasta el próximo trabajo.Te sigo desde los trece años y ya tengo cuarenta y seis.Todos mis hijos han aprendido tus canciones desde pequeñitos y tendrías que oir a los dos pequeños (tienen cinco y tres años)cantarlas.Su preferida es, como ellos dicen ,»los corazones rotos».Siempre digo que mi sueño es algún día poder charlar un ratito contigo.Un beso y mi eterna admiración.

  • Patricia Gracia
    Publicado el 15:29h, 02 enero Responder

    FELIZ AÑO 2013!!!!
    Perales, que alegría que compartas cada vez más vivencias cotidianas con nosotros, me encanta!!!, reitero esa sensación de vivir los momentos a tú lado.
    Besos desde Asturias
    Y calienta bien a las musas que como se congelen…..

  • Norma Mendez Rodriguez
    Publicado el 12:59h, 03 enero Responder

    Que hermoso lo que escribe Perales, es como que habrí un hermoso libro y comensé a leer una maravillosa historia,me dio mucha tristeza que no llegaran los gatos a recibirlo, sabe lo que pasa ellos son muy cariñosos y cuando uno no esta ellos se recienten y se van, pero cuando se dan cuenta que uno regresó,ellos vuelven. Le escribo desde Costa Rica me gustan mucho todas sus canciones estan llenas de verdades, amor y vivencias. Un beso, saludos!

  • jackieflores
    Publicado el 13:48h, 03 enero Responder

    Tus palabras me evocan a libros que leí en mi juventud, recordando una casa que es tuya y no parece serlo…la búsqueda de los gatos que si bien ellos decidieron dar un paseo en el momento menos indicado dejándote con el pensamiento inquieto estaban en algún lado… esos paisajes fríos pero hermosamente tuyos…me encanta leer tus palabras porque tienen el brillo del autor de tantas melodías que son como pequeños libros con un final distinto cada vez… soy y seré una enamorada de tus letras…GRACIAS por compartir estos momentos que has tenido junto a Manuela y tu hogar… un abrazo desde Chile…(Sn Fco. de Mostazal).

  • Roberto Paciello
    Publicado el 14:22h, 03 enero Responder

    Muy bueno José Luis! Muchas gracias por compartir esos momentos de tu
    vida con todos nosotros, a través de esos vívidos relatos que son prácticamente
    poesías, describiendo hasta el mínimo detalle.
    Una pena que en tu gira no hayas podido pasar por Uruguay, país que te quiere
    y que siempre te espera.
    Un fuerte abrazo y espero verte pronto.
    Roberto

  • liliana grisales
    Publicado el 20:01h, 04 enero Responder

    Que delicia leer lo que escribes, como de algo tan sencillo y cotidiano casi pereces escribir un libro poetico; es como esas historias que me contaba mi abuelo, tan calidas y detalladas; de las que siempre esperaba escuchar más. Ah y los gaticos si son machos olvidalos, si son hembras depronto vuelven. Feliz año nuevo, Dios te siga bendiciendo.

  • Elida Margarita
    Publicado el 16:05h, 09 enero Responder

    me escribes una canción???? así… sin conocerme… sin saber quien soy… solo quiero que sepas que me gusta mucho la lluvia.. me gusta el atardecer, el mar… las cascadas.. me gusta pintar cuadros.. y cuidar mi jardín.. pero es lo que no hago porque soy médica… es lo que sueño..

  • Lourdes
    Publicado el 13:42h, 18 enero Responder

    Gracias Jose LUis,por ser como eres,por compartir parte de tu vida con todos nosotros.
    Toda mi vida llevo escuchandote e incluso hace años te vi por Sto Domingo de La Calzada y no me atevi a decirte nada.
    Tengo un amigo que es neurologo y es conquense y tb se llama Jose Luis y dice los mejores somos:Jose Luis Perales,Jose Luis Coll y yo Jose Luis Herranz.Un besazo

  • Giselle Valverde Montes
    Publicado el 16:02h, 22 enero Responder

    Hola. Gracias por venir a Costa Rica. Es la primera vez que tuve la dicha de asistir a un ooncierto de Perales aunque lo he admirado desde que era niña. Puedo decir que mas que disfrutar ese concierto,vivì cada una de las canciones que cantò esa voz maravillosa. Dios te bendiga, Jose Luis.

  • kari
    Publicado el 13:06h, 18 enero Responder

    Es Maravilloso Regresar Contigo Transportarse En Silencio Q Transmiten Tus Palabras ConoceR Tus Lugares Tu Familia Y Sentirte Parte De.mi Vida Cuanto Deseo Estar A Tu Lado Y Ser Protagonista En Primera Persona De Tan Ilustre narracion

Escribir una Giselle Valverde Montes Cancelar respuesta

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí.

ACEPTAR
Aviso de cookies